Un buen amigo, magnífico profesor de tenis, enamorado del deporte, gran persona, estupendo marido y mejor padre nos ha dejado para siempre en la tarde de ayer, sábado, mientras arbitraba la final del torneo nacional de tenis, La Amistad en Almuñecar. Su pasión era el tenis, que ahora compartía con el pádel, ya que seguía todos los torneos que se disputaban por la provincia, y con más razón aquellos que su hija Lidia, Fran (Dieli) o Diego o cualquiera de sus amigos, entre los que se encuentran, este que os escribe.

Se despidió de todos nosotros encima de una silla de árbitro, serenamente, y con la placidez que le caracterizanda, eso sí, mucho tiempo antes del deseado, de forma total y absolutamente inesperada, ante la buenísima salud de la que ha gozado hasta ese último y fatal momento.

Para todos aquellos que queráis compartir con la familia el ultimo adiós, deciros que será el lunes 1 de septiembre a las 9.30 horas en el cementerio de Granada.

Hasta siempre, Diego.